Modelos de Organización Familiar
Tipos de Modelos de Organización Familiar
Modelo Sobre Protector
Los padres y a veces también los abuelos ayudan a los hijos en todo lo que necesitan.
Ellos dan, los hijos reciben, la madre es la responsable de educar, la pareja se desdibuja, las reglas son cambiantes, sobre todo cuando resultan muy frustrantes para los hijos y los padres son incapaces de corregirlos.
La madre siempre está agotada porque es chófer, enfermera, maestra, cocinera mientras que el padre se mantiene distante y se limita a ser proveedor material.
Las capacidades de los hijos se atrofian porque no tienen responsabilidades ni retos ni pierden nunca sus privilegios.
Modelo Democrático-Permisivo
El consenso, el diálogo y los pactos son fundamentales para tomar decisiones.
Deben evitarse los conflictos y buscar la armonía siempre, todos padres e hijos, tienen los mismos derechos.
A veces los hijos buscan afuera figuras fuertes que no encuentran en sus padres, que en realidad funcionan como hermanos.
Los padres renuncian a ser figuras de autoridad.
Si se rompen las reglas establecidas por todos no hay consecuencias y es difícil tomar decisiones, que solo se logran por votación unánime.
Modelo Sacrificante
Basado en cumplir obligaciones y en rechazar el placer.
Quien se sacrifica, aunque débil en apariencia, es quien tiene el poder, al lograr que los demás se sientan en deuda o culpables.
El sacrificio es el camino para ser amado y respetado y los padres esperan retribución por parte de los hijos, a quienes mantienen por tiempo indefinido.
Con frecuencia, se sienten decepcionados y resentidos, porque su entrega no es valorada.
Todos deben elegir el sacrificio como modo de vida, hoy los padres, mañana los hijos.
Las consecuencias son graves: problemas de adaptación social, trastornos de alimentación, fobias, depresión, psicosis y adhesión a grupos radicales.
Quien se sacrifica, aunque débil en apariencia, es quien tiene el poder, al lograr que los demás se sientan en deuda o culpables.
El sacrificio es el camino para ser amado y respetado y los padres esperan retribución por parte de los hijos, a quienes mantienen por tiempo indefinido.
Con frecuencia, se sienten decepcionados y resentidos, porque su entrega no es valorada.
Todos deben elegir el sacrificio como modo de vida, hoy los padres, mañana los hijos.
Las consecuencias son graves: problemas de adaptación social, trastornos de alimentación, fobias, depresión, psicosis y adhesión a grupos radicales.
Modelo Intermitente
Los modos de relación cambian constantemente, pasando de la sobre protección, a la democracia permisiva, al sacrificio.
Los padres son rígidos a veces y luego se arrepienten de sus posturas.
Los hijos también viven en la contradicción: obedientes y luego oposicionistas; responsables y después irresponsables.
Todo está en duda, los padres llevan la auto crítica a límites tales que nunca están seguros de sus decisiones ni de las reglas que establecen la capacidad para resolver problemas en este modelo familiar es muy pobre.
Modelo Delegante
La pareja depende, desde el principio, de la ayuda de las familias de origen.
Los niños tiene 3 o 4 padres y se establece una competencia entre padres y abuelos por la autoridad y por el amor del hijo/nieto.
Todo el tiempo se dan mensajes contradictorios y suelen prevalecer las reglas de los abuelos que son quienes pasan más tiempo con los menores.
Modelo Autoritario
Los padres (o uno de ellos) ejerce el poder sobre los hijos, impone las reglas, la disciplina y muchos castigos. La jerarquía es rígida, los hijos no pueden opinar y deben obedecer.
El ambiente es tenso y orientado a evitar la ira de los padres.
Las conversaciones son monólogos sin oportunidad de réplica.
Los hijos manifiestan su desacuerdo enfermándose, el padre es la autoridad y la madre la mediadora.
La organización de una familia debería depender de la edad de los hijos.
Dejar que un niño de 5 años decida a qué escuela asistirá es tan absurdo como tratar a un joven de 17 como si fuera un chico de primaria.
La flexibilidad (no el caos ni la intermitencia) es necesaria para modificar poco a poco algunas reglas que funcionaron con hijos pequeños pero no con adolescentes.
Una familia funcional es capaz de establecer reglas (pocas) básicas de convivencia, no negociables, y al mismo tiempo, mantener el diálogo respetuoso.
El balance entre estabilidad y cambio, es la clave.
BIBLIOGRAFÍA
www.elfinanciero.com.mx
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